Bolívar Delgado Arce

NEREIDA

Te vi corriendo en la lluvia

devorar la calzada brillante

Sí, yo te vi; vile salpicarse

tu pantalón violeta

y al racimo de tu pelo graciosamente

balancearse.

Gardenia, abedul, cruzaste como un sueño

abrazando la humedad, el viento

la distancia,

con agitación que no alcanzaba

a cambiar la luz de tus ojos

ni su color,

la rosa de tu rostro, niña, y de tu boca;

qué pena, que gracia y alegría

te vi correr bajo la lluvia

y fue con esos mismos ojos

que te siguieron igual

que los del niño a su cometa

que los de un marinero al puerto;

te seguí con esos mismos ojos

graciosa ninfa,

que ávidos te siguen y callados

desde hace rato, desde hace días...

!desde siempre!

 

 

                         Bolívar Delgado Arce