Parece que al final
no éramos tan distintos,
ambos esperabamos la noche,
para ahuyentar a los fantasmas.
Sin quererlo,
equivocandonos, una y otra vez.
Nos convertimos, poco a poco
en otro espíritu sin dirección.
Cada segundo que pasa,
cada lugar que piso,
hace deambular tu nombre
y tu silueta por mi mente.
corre lejos, corazón
vuela como el humo que nos acompañó,
Pero por favor, procura no dejar ni el más minimo
recuerdo en el salón.