“Póngase sereno,
usted va a matar a un hombre”
Cuando una bala mata a un hombre
pero no puede contra una leyenda,
Cuando se recibe la muerte
con la serenidad de haber dedicado la vida
a defender los que no se pueden defender,
a arrancar las cadenas de esclavitudes
arraigadas en las venas
y hasta en la raza
Cuando tu legado
más que tus dichos,
más que tus escritos
fueron el ejemplo de tus actos
Una idea que por los caminos
se fue forjando y reforzando,
se plantó en Cuba donde germinó
y se alzó en floración,
y al irse a plantar en los surcos de todo el mundo
fue talada en los otoños bolivianos
por la gélida hacha del norte
que pretendiendo callarte
te multiplicó en la leyenda
de una América unida
por lazos de hermandad,
por lazos de igualdad
Hoy unos lo vituperan,
otros lo vitorean,
muchos nos llenamos la boca
y abigarramos cuartillas
con su nombre en ambos sentidos,
pero pocos hemos conseguido
tomar su evangelio
como un modo de vida