El alba
iba desnudando
los febriles linos
de verde amaranto
que en tus ojos
se cernían.
El débil áura
por el campo
tu tibio aroma esparcía.
Y soñé con tu luz
al mediodía...
con tu pelo suave
acariciando mi mejilla.
Con el primer rayo del alba
mis párpados eclosionaron,
empapado en sudor
y el corazón desbocado...
Me alcanzó la sombra
del fragor del día...
Desperté
al decirme al oído
que me querías.
DERECHOS DE AUTOR PATRICIA PALLE