No sé si un día te vi pasar
O fue en mi alocado sueño
Tal vez sólo fue en mi imaginación
Sólo sé que en mi alma te guardé.
Te busqué en los picos de las montañas
En la frescura de la eterna nieve
En el vacío del precipicio
Donde los cóndores se regocijan.
Y no te encontré
Te busqué en el grito gestante
Del surco húmedo de la tierra
En el picante aroma de la fecunda chacra
En la sonrisa del yugo del labriego
Y no estabas allí.
En el canto alegre de las olas
El la fiebre del pálido ocaso
En el abrazo del gélido viento
Te busqué en el inmarcesible tiempo
Tampoco allí te encontré
Te busqué en la esperanza del mañana
En el suspiro del aburrido atardecer
En la oscuridad de la cansada noche
En el divagar de la extraviada Luna
Y no te encontré
Te busqué en la pintura del artesano
En el poema del bardo enamorado
El la melodía de una canción de amor
En la filosofía del sabio pensador
Y no estabas allí
Dime entonces princesa de la alborada
Si de mi amor huyes
O es que solo existes
En mi corazón de loco enamorado.
Lima, octubre 9 del 2018