Cuando resuenen los disparos como látigos los truenos
Y se equipare las lluvias con las lágrimas ajenas
Y mientras se ore pidiendo a gritos sus ruegos
De aquellos que piden clemencia ante sus desventuras...
Inmersos quedan los rostros compungidos
Inertes sobre las sangre de sus torrentes
Mancharán sobre las sabanas los cuerpos flagelados
Y domesticados los pueblos se hinquen antes sus oponentes.
Y mientras se sublevan los caídos
Con saetas marcharan creyendo destronar
Los anarquistas y los opresores repudiados,
Marcharan a los palacios con sus vítores y canticos.
Los himnos resonarán sobre sus muros
Y se quebrará las armas sobre el enemigo,
Se clamará que la libertad es el apego
De los que buscan su igualdad ante el enemigo.
Pretenderán gozar de la ignorancia del campesino
Unos cuantos terratenientes burgueses
Impondrán sus injustas leyes
Con la sangre que goza el asesino,
Y el interés mezquino
De unos pocos legionarios
Que se subastan al mejor postor del ruin villano
Para gozar de la riqueza del que trabaja con su manos.
Hasta cuando se educará el oprimido
Y sus nuevas armas el seso inteligente,
Hasta cuando el pueblo domesticado
Gozará del intelecto y de su raíz su defensa regente,
Y cuando hartos se instruyan a las masas
Se acabarán los que se nutren de ella a mal salva
Los enemigos de la patria serán depuestos
Y la democracia será
La bandera de la libertad hondeada para todos.