últimamente me siento tan mal
que solo me queda como consuelo
tumbarme en la hierba a mirar el cielo
esperando que llegue mi final.
Por cada una de arena, diez de cal
voy recogiendo del áspero suelo
y desde mis suelas hasta mi pelo
me acoge un presentimiento fatal.
Es tan grande el dolor que permanece
sin tregua a mis entrañas aferrado,
que me escuece pensar en el mañana.
Sin cesar este sufrimiento crece
hasta cuando me siento de costado
por culpa de esta maldita almorrana.