Te vislumbro lejana
tras las tapias que resguardan tus secretos.
Mi pasión espiral rodea tu fortaleza
buscando un lugar donde te penetre.
Gallarda y perenne te creo inexpugnable
te miro desde Occidente.
Seducido por la creciente que te hace fértil
pretendo atravesar tus límites,
hacerte mi suelo, terminar con mi exilio,
darte al príncipe que nos gobierne.
Del mar he llegado en sigilo
salpicándote de sueños rojos.
Pámpanos de mi pecho
florean los caminos que te llegan.
Bella mediterránea quiero recorrerte,
sembrar lirios en tu desierto,
en olivos adornar tus visiones;
de cordillera a cordillera déjame amarte.
Quiero que mis hijos lleven tu gentilicio,
que oren como tu pueblo,
ser patriota conocedor de tus calles
-ponle a una mi nombre
y déjame quedarme-