Mi ser adulto suspira y se va,
y me siento todavía mas tonto
hundido en alguna habitación de mi cordura,
sentado en un banquito,
sin ventanas, sin luz,
caprichosamente inconforme y aburrido,
muy aburrido.
Y rompo fotos.
Rompo nostalgias
y escenas que recuerdo muy poco
Y lentamente me alejo
Como un eco en la distancia.
¿Cuál era mi obligación?
Pudrirme y acompañar mi descomposición
con quejas de hombre formal,
cada segundo de mi miserable
y programada existencia.