Quietud que duele
y envilece el alma,
tormento que agita
la paz y mi calma.
El saberte lejano
no sé lo que siento,
mi corazón es roca
que golpea las olas,
en los acantilados
de mis sentimientos.
Soy un tronco viejo
a la deriva en ultramar,
la orilla de la playa
no logro divisar…
Mi vida es naufragio
sin barcarola ni navio,
me he quedado sola,
todo se lo llevó
el mar bravío.
¡He naufragado
en el mar del olvido!
Felina.