La Noche se viene, en silencio.
La tarde se hace distancia.
Respiro en tu boca antigua
como el
Misterio de un Plenilunio.
Las montañas de los Andes
briosos,
resucitan en colores contrastantes
y rememoro
tus labios quebrados.
Mientras,
un cóndor se aleja y despliega las alas.
Su pelaje es de Viento que huye,
Es Ser y Nostalgia.
Es Amor y Soledad
compañeros y mis únicos
amantes.
Oigo quenas perdidas
y peñas arcaicas…
Sonidos y ecos persistentes.
Ésos y sólo ésos
son mi luna amarilla
y mi espíritu blanco
que resucita
día tras día,
buscando la Luz
y el amanecer
de un nuevo Mañana.