Tengo el ánimo decaído.
Me siento como si volando en un cielo gris
cayera en un abismo sempiterno,
Donde mi mente ya no es mente
sino una confusión lúgubre de pensamientos
y mi existencia una fatalidad
hacia versos sin color ni dulzura.
Creo vivir ya de amargos sabores y paisajes nocturnos,
Los cuales reflejan la nostálgica alegría del pasado.
Aquel ayer, felizmente fortuito de la vida parece lejano
parece el sueño borroso que jamás se ve claro
y deja un vacío a la imaginación para llenar,
Esta, lo hace de forma sintética
con nuestros propios deseos carnales
de bellos finales en atardeceres de arrebol.
Nada es así, volvemos a tomar aire en lo real,
volvemos a ver el cielo opaco donde nos atrapa la realidad,
Nos ata cadenas con peso de lamento
y nos da falsa libertad,
Que es corta, fría y de poco valor.
Aquí atesoramos lo incierto,
talvez la incertidumbre dé otra visión de la vida
Pero la verdad es que sigues encadenado a ella
y sigues dentro del mismo abismo.