Ya no recuerdo como era la vida
sin dolor, sería como no estar
encadenado y dirigir tus pensamientos
a capricho sin importar distancias,
sería como subir una escalera sin contar
los peldaños, o subir una niña
a mis espaldas hasta un castillo
siempre encantado.
Sería como quedarte sentado
mientras suena una música
que te invita a bailar despacio
como flotando sin sentir el suelo
contra tus huesos, sería como decir
siempre, si, puedo. Ahora nado
contra corriente con solo mi denuedo.
Recuerdo aquel niño que corría sobre
una moto invisible, ya que no se debe
de vivir del recuerdo, pero la vida sin él
sería como un vehículo sin las ruedas
necesarias aunque gastadas de la memoria.