Cajita llena de sabores
que yo a la escuela llevaba,
mamá de mil amores
siempre la preparaba.
Mis libros llevé a la escuela
como obligado equipaje,
pero mi sabrosa lonchera
también era indispensable.
Mi madre siempre que pudo
me la enviaba bien repleta,
de aquellos frutales jugos,
de panes y de galletas.
Como olvidar mi lonchera
si ella contribuyó con mi educación,
y fue la fiel compañera
que me brindó nutrición.
De linda y tierna manera
déjenme que hoy pretenda,
homenajear la lonchera…
la reina de la merienda.