Se viene pintando la niña
esa que le dicen santa maría
Desde la penumbra de la matriz de las aguas
les vimos llegar…
venían hablando extraño,
venían enfermos y hambreados;
nuestros antepasados
les recibieron con regocijo,
les curaron y les alimentaron…
para una vez repuestos
volverse a zambullir en las entrañas del mar
Lunas después los tambores sonaron,
los amigos de la inmensidad del mar
volvían desde la penumbra,
sus chinamas con vela
asomaban por el horizonte;
y cuando mancharon la playa con su huella
nuestros antepasados igual
les recibieron con obsequios, comida…
Pero ahora en los ojos de los pelirojos
cabalgaban fuego de terror,
fuegos de muerte…
amenazas de terror
Nos llamaron bárbaros,
nos condenaron herejes,
nos vendieron ropa,
nos vendieron la vida
y la libertad de servirles
se apoderaron de la tierra,
de los frutos de la tierra
y de los que habitábamos en ella
y nos obligaron a agradecerles
el no exterminarnos
Nos usaron como bestias de tiro,
como peldaños,
y hasta como desahogo de sus furores pasionales…
Pero transcurridas las lunas
una nueva corona vino a reclamar su poder
mandando al “indio” a callar,
reclamando la vida y las heridas
de sus conquistadores alcanzados
por las piedras y flechas
de los guerreros originarios
Pero algo había cambiado
en los “indios” que antes se doblegaron
y que pagaron con oro
sus lentejuelas y pedazos de vidrio;
ahora estos “indios”
inmersos en el sistema
que los pelirojos les empotraron
jugaban a ser presidentes,
descubrieron que los pelirojos no eran dioses,
que sus religiones eran realmente paganas
y que seguían pensando
que la tierra era plana
América se sigue descubriendo