Al sur de la mañana
un lucero cruza el cielo
desnortado de los vientos.
Alondra sobre el mar,
ciego quebranto
sus olas bravas,
nervado envés la hoz mellada,
pecho de nauta el arpa desnuda,
sutil aliento en sus cuerdas mansas.
Canción de lluvia y barcarola,
prodigio azul,
cárdena llama,
soplo invisible en la oscura soledad
del paisaje perseguido.
La mañana lleva en el aire
el salitre humeante de mis huesos,
la húmeda sonrisa no besada,
la huidiza belleza
de un animal inquieto.
Celebrad la mañana,
sus venales prendas,
sus mieles de otoño
en continuo esplendor,
el palpitar caliente de su luz;
pues dulce es el eco
en el encendido mediodía de su sangre.
\"Pájaros de niebla\" (2018)