Muere de sed mi alma, me dejará
y se irá a otros lugares bien lejanos,
ella va tras las luces de los faros
llevándose mi soledad que espanta,
al más profundo abismo desatado.
Soledad que me habitas, zarparás
hacia ese mundo oscuro y apagado;
este ser no será más recordado
porque hoy me hallo sin vida y sin nada,
y aquí mi cuerpo yace confinado.
Ya no tendré las luces reflejadas,
estaré dentro una tumba olvidado;
el tiempo ha terminado es sol segado,
aunque deje mis huellas estampadas
en cuerpo macerado condenado.
Hugo Blair M.
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