Perfecta belleza.
Extracto de recuerdos.
Sanación, restitución.
Una seta mortal
en Hiroshima
te incineró, te ennegreció
y muchos creyeron te mató.
Resurgiste
como las cenizas del ave Fénix.
Floreciste
cuando todos te habían dado por muerto.
¡Venciste a la muerte!
No fuiste plantado
por el hombre
sino por Dios.
Tengo el gran honor de conocerte
de tocarte, olerte, besarte.
Resides muy cerca de mí,
tan cerca de mi corazón,
más cerca que cerca aún.
Me he enamorado
de tus raíces, de tu tronco, de tus hojas:
bellas estampas verdes
entre cielo y tierra.
Bello árbol.
Quien ose talarte
me mata.
Siempre creces majestuoso
en tierra sagrada.