Se ha ido.
Por fin.
En paz. Ha sido
un desalojo exitoso.
En el haber, anotaba:
“Ha quedado una amistad.
Podremos hablarnos
y estará todo bien”.
Hasta que un día
dice mi pantalla
“Grabando audio…”
Y escucho esa voz,
la misma que siempre
derrite mis témpanos.
Y muero apuñalado
desde mis entrañas
por un fantasma
okupa
que aún no se ha ido.
Edu Fantini