Traigo conmigo recuerdos
de calles de tierra y piedras;
de ropas recién hilvanadas
esperando para probar;
de pájaros de pecho anaranjado
comiéndose las más maduras
naranjas del naranjal.
Traigo conmigo
latitas de aceite
haciendo de macetas
a plantitas de alegrías,
traigo gritos de goles
en una cancha cerrada
de tablas cansadas del mediodía.
Traigo repiqueteos de máquinas
de coser y aromas de azares
que invadían todo de melancolía.
Todo eso es lo poco que traigo
y el recuerdo de una sonrisa de costado
de la mujer que más he amado.