Al Duborg

Los panes del pobre

Como el mar besa los pies

la brisa acaricia lágrimas

y abraza la marea alta,

el arroyo se hace grande

y copula con la playa

 en cinta las aguas mansas.

 

La gaviota en vuelo presagia

bajo el cielo orador

la llegada de grandes barcas

 al muelle anclan cargadas

del cardumen de las rastras

saltan los panes del pobre pescador.

 

Mientras, reman las esperanzas

entre canoas y balsas

con menos suerte en sus manos

y bronceados hasta los pies,

se oyen cantos de alabanzas

cargados de Fe, viven los artesanos.

 

 Un pelícano de polizonte

se pasea por cada proa

y observa desde el balcón

El crepúsculo llegar,

luego del nubarrón

va en busca del horizonte.