¿Cómo se podría aprender a amar?
No busquéis ser amado,
sino,
simplemente,
intenta en lo sucesivo
satisfacer sus necesidades,
a quien te ha conmovido profundamente;
cosas,
que no sabría
como obtener por sí misma;
ofreced una rosa
rosa
arrancada de las aguas de marzo;
observando atentamente sin interferir,
gratuitamente,
sin esperar nada a cambio,
delicadamente;
perfuma con gardenias
sus mañanas desoladas;
no ocupes su espacio vital,
mantiene cierta distancia,
aparentemente como ausente,
liberando canarios
agobiados de encierro.
Decidle que estás disponible
para luchar por su felicidad
más allá de todo,
sin pensar en tí mismo,
sólo lo justo e imprescindible
destinado al fin declarado
y hacerlo:
estremece su corazón con palabras fragantes,
declara verdades refrescantes,
pregunta si le gustan las almas trémulas o serenas,
y si siente la lluvia como una bendición en el pecho.
Dejadla llorar a sus anchas
facilitándole tu pañuelo de seda
con gotas de jazmín.
Vete al aire de los cielos,
le miras,
esperas
a que te de una señal.
Seas o no correspondido,
ese no ha sido el fin,
pues habéis amado
y lo llena todo.
Aumenta el radio de acción
del amor
a tantos cuantos puedas
perfeccionando cada paso
y si gozas con esa entrega
sin expectativas,
estás preparado para amar.
Ahora el infinito te pertenece
y comienzas a vivir
como todo un hombre,
sin flecos en tus alas;
tienes el portentoso bien.
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LOS ELEFANTES JAMÁS REGRESARON