Para llorar, mis ojos vieron nacer a Jesucristo,
dijo la tierra nublada, de tantos judas vendidos,
que para llorar he nacido, en tus ojos y sentidos,
y en medio de los lamentos, a los males me resisto.
pero nunca en las desgracias a llorar a Dios yo he visto.
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Ni a mis ojos ciegos por la tierra mojada de llanto,
por quererte tanto amado y por tanto haberte sufrido,
abrázame con las alas, de tus pupilas cual manto,
añorare en el vacío, desde los tiempos vividos,
el amor universal en tus hijos ¡Creador mìo!
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He resistido al olvido de la imagen que yo he visto,
miedos, ruegos, oscuros abismos se me han retratado,
y reflejos del alma agonizante en mi se han volcado,
designios insospechados, y destinos del Mefisto,
y por ti ahora, bajo las sombras de tus cielos existo.
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Lagos de fuego, donde nadan tristeza las sirenas,
corazones de mieles vertiendo tu sangre en altares,
sin amor de los hombres es este mundo de secos mares,
y mis ojos, soles apagados, ¡gárgolas de arenas!
ocultando sus falsedades, soledades y hondas penas.
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Ojos infinitos de negra tierra y azules mares,
viendo avernos y paraísos, ciegos en sus andares,
¿Porque no se descubren los misterios y verdades?
¿Porque la tierra se queja si se despejan sus ojos?
¿Y del porque las criaturas no son hijos de los dioses?
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Finalmente, nos explicaría el porque conformamos,
una humanidad egoísta ciega y miserable,
tan desigual, tan injusta, perversa e irreconciliable,
y de cual es el problema, del porque no nos amamos,
aunque tengamos los ojos tan grandes como manzanos.
Raquelinamor
Octubre 15,2018
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