Es de piedra, dicen
Una roca, como acero
Indomable, una fiera
Un caballo desbocado
Sin dueño
Dicen ellos
Es su fuerza tan absurda
Que a su pecho nunca hieren
Ni las dagas
Mucho menos las palabras
De una lengua vengadora
Ay si supieran las gentes
Que por dentro soy de seda
Un cristal muy fino
Que se quiebra
Con cada cruel arremetida
Si supieran las gentes
Que mi corazón por dentro llora
Y mis ojos
Dos desiertos polvorientos
Nada dicen
Y por dentro
Son como olas.