Azucena Ibatá Bermudez

Intenso deseo

Yo estaba en mi cama con un cachetero azul y un brasier celeste, tú entrabas a mi cuarto y me mirabas con deseo, me lanzé sobre tu boca y te clavé un beso.

Mientras tus manos empezaban a navegar deslizándose en mis piernas, tu lengua bajó despacio por mi cuello hasta llegar a mis pechos.

Me acosté de nuevo sobre la cama y abriste mis piernas, mientras te colocabas en medio de ellas, tus manos desabrocharon mi brasier y empezaste a navegar con tu lengua en cada uno de mis girasoles, los besabas y mordías mientras se ponían duros, apretabas y mordías cada pezón.

¡Ay, tus manos tan curiosas!, una de ellas se colocó en mi cintura y la otra se introdujo dentro de mi cachetero y empezaste a tocar mi caverna, lentamente dibujabas un círculo con uno de tus dedos, me estremecía y me mojaba de a poco y eso te gustaba.

Luego seguíste besándome la boca, mi cuello y mis orejitas, y ya introducías lentamente tres dedos en mi cueva, los metías y los sacabas con una delicadeza tremenda y la abrías con ellos, sentía que te gustaba hasta que metiste tus cinco dedos para causarme placer y dolor a la misma vez... ¡Qué delicioso placer!

Tu lengua quería conocerme y me saboreabas los pechos como una fruta, acariciaste mi ombligo con tu lengua, y con tus dos manos, usando tus dedos índices abriste nuevamente mi cueva y dejé que tu lengua navegara dentro de ella.
¡Qué rico se sentía!, estaba encantada ante tus deseos.

Luego, luego coloqué mis piernas sobre tus hombros y colocaste la punta de tu vela en mi caverna y me penetraste solamente con una parte, lo sacaste y rozaste con él mi abertura sin penetrarme, después volviste y metiste toda tu vela, a veces rápido y a veces lento, a veces suave y a veces fuerte...

Pero tocabas mi fondo y nos gustaba el roce de tu intimidad y la mía. Me incliné hacía tu boca y la besé y mientras me estabas penetrando, besabas mis girasoles con ansiedad, y sentí como un líquido calientito cubría tu tronco y me fascinó sentirte.

Después pediste que cambiáramos de posición y yo me acosté en la cama nuevamente y dejé que rozarás tu tronco en medio de mis pechos desde abajo hacía arriba y cada vez que salía por arriba yo le daba un beso y lo acariciaba con mi lengua, y desperté...

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