Veo en tu boca el susurro de un beso que vuela hacia mi y me invita, me tienta.
Siento el calor recorrerme desde la punta de mis dedos. El aire se vuelve más pesado y lo único que consigo respirar es tu aroma que me embriaga.
Mi cuerpo lánguido, traicionero, reacciona declarándose y tus pupilas se clavan en las mías recibiendolo con fuego feroz.
Me siento presa del deseo y las manos me pican de la necesidad de tocarte.
Imagino tu piel tersa y fuerte bajo la yema de mis dedos y se me nubla el pensamiento.
Tu te acercas y me tocas.
Tus labios se acercan cada vez más, imprudentes.
Me quema el fuego de tus pupilas y tu respiración que acaricia mis labios.
Respondo y nuestras bocas se chocan y siento lava ardiente incendiando mis venas y mi ser por dentro. La primavera florece dentro de mi y mis flores te llaman, te invitan