Que el cielo pierda su colorido;
que los pájaros abandonen sus nidos;
que las estrellas titilen en duelo;
¡Pero, jamás sueltes mi mano...!
Que me falte el aire
que siempre respiro;
que me el falte abrigo
que me ampare del frío.
¡Pero, jamás te sueltes de mi mano...!
Si tú estás conmigo
hallaré el camino;
viviré con sentido
porque asida a tu mano;
¡Jamás me he perdido...!