Viajemos todos en primera, y única clase; la clase de entusiasmo que no excluye viajeros.
Será un viaje sin reservas ni documentos; sin horario, ni destino. Un único camino.
Es un viaje directo al corazón; sin escalas, ni retrasos; justo a tiempo, donde se detiene el tiempo.
Como una muerte súbita; como una lágrima de chocolate, milagro en tus mejillas.
Ignora el dedo que apunta la luna; relaja la mirada y transfórmate en claro de luna.
Sentirás que has llegado, como la pregunta que incluye su propia respuesta.
Bienvenido a la expresión que conecta con el ser completo.
Me acompañas?
(miguel puigcorbé)