Ignacia.

Ángel

Yo, una vez conocí a un ángel,
De verdad,
no os miento, su voz era celestial y sus ojos estaban hechos de pétalos de azahar.

Yo, una vez me hice amiga de un ángel
aunque mi trabajo era curar almas
de viajeros, soñadores sin destino.

Yo, de vez en cuando sanaba sus alas,
las plumas rellenaban el cielo a cada que caminaba por esponjosos senderos.

¡una vez conocí a un ángel!
le susurré al aire.
¡sus alas arremetían entre sí como dos estrellas titilantes!
Sí, él no me hizo caso.
Me tiró lejos hasta más allá del ensueño bestial.
\"Pues hazle saber que jamás al cielo podrá llegar\".