Quiero escribir algo distinto:
Pues ¿Que soy yo sin esta alma que se cose y se descose como el cielo?
Sí me cierro: solo reflejo piel y ojos; muy poco para este simple mortal
Sí me rompo: dejo escapar el cosmos desde lo más superficial del ser
Y eso esta bien. Pero no me quiero romper.
Sí me rompo el alma llora y lo disfruto.
Porque escribe y nada de lo que escribe tiene igual.
Escribe y llora ignorando la perspectiva desde la coraza del sueño.
Y todo esta bien. Y eso esta muy mal.
Entonces me coso el alma y mis ojos pierden iridiscencia.
El universo empieza a a quedarse atrapado
en el interior de un lienzo de piel sin importancia.
Y los gritos de las letras empujan mi vientre desde lo más insondable conocido.
Y los dedos de las palabras - dulces y punzantes - me rompen de nuevo.
Y vuelvo al vacuo mausoleo de la verdad letrada de un poeta empedernido:
Que escribe cuando duele y ama cuando escribe.
Evocando cientos de alaridos libidos, hijos del masoquismo delirante y contenido.
Quisiera escribir sin vivir esto cada día; sería algo distinto.