A. Martinez

Todavía

 

La espera es larga,
la ausencia nos sofoca;
todo permanece intacto,
intocadamente quieto,
los saludos,
la voz,
el paso firme,
los cuerpos nerviosos,
las gavetas llenas de perfume,
el mensaje tuyo aquel,
con el \"TE AMO\" y un corazón.

 

Todavía nuestros rostros
se tientan
a un centímetro de lejanía;
sólo una vocal
separa nuestros nombres,
que se pronuncian
entrecortados.

 

Todavía tus senos,
misiles de reconstrucción,
apuntan a mi pecho
indicándole suposiciones;
aún mis manos se relamen
de parodias,
recordando tu vientre,
ensimismadas en el
inaguantable gesto
de poseer la piel.

 

Allí está la luz que inauguramos,
las sábanas que habitamos,
la puerta discreta,
las ventanas de mirada
entrecortada,
las imágenes y su eco,
la ropa amándose en el suelo;
estamos tú y yo,
y todos nuestros
minerales revueltos.

 

Mientras, en la ciudad,
el semáforo de la esquina
abre y cierra
sus ojos dispares
sin poderlo evitar,
y el sol,
va resbalándose
sin remedio
hacia el mar.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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