Otra vez esa lava
entre dulce y amarga
que me abrasa la boca,
y golpea mi espalda.
Y mi pecho se agita
como un potro sin bridas
pateándome el vientre
con fiereza y con ira
Otra vez las tinieblas
oscurecen mi alma
y la inundan de sombra
y de lluvias opacas
como noches sin cielo,
como oscuras arañas
que escondidas, acechan
con su sorda amenaza
Noches negras en pena
días grises vagando
arrastrando tristezas
salpicando los charcos
que mis lagrimas siembran
en los surcos labrados
con las uñas sangrientas
en la piel de los años.