Ay.....
Pobre de mí
si el orgullo
y sus secuaces
se apoderan de mí.
Ay....
Pobre de mí
si el egoísmo
me invade
y me retiene infeliz.
Ay.....
Pobre de mí
si la lujuria
me apresa
creyéndome feliz.
Ay....
Pobre de mí
si la alabanza
me rodea
ahogando mí sentir.
Ay.....
Pobre de mí
si los sentidos
y sus rapaces
no me dejan vivir.
Ay.....
Pobre de mí
si el Señor
de los humildes
se olvida de mí.