Terrible sueño el que he tenido anoche,
gritando voces ahogadas en silencio,
viendo como el adiós me marchitaba.
¡Que angustia vida mía!
El saberte lejano, distante en tus miradas.
Terrible sueño el que he tenido anoche,
lágrimas, sollozos.
¡Fue tan real y doloroso!
¡Que alegría vida mía!
Despertar por la mañana,
con tu abrazo tibio cual ángel de la guarda,
dejándo este terrible sueño olvidado en la madrugada.