Cuando anoche te vi
mi mundo despertó,
sentí que ya ni la luna
me faltaba
pues tus ojos lo alumbraban
todo con el reflector
que destilaba tu mirada .
Sentados en la banca
que acompañaba la velada,
fuiste la tranquilidad
que mi miedo no acunaba,
me envolviste con tus ojos
y en tus brazos con la confianza
que yo perdía en mi
noche no estrellada.
Me hiciste sentir despejada
acogida por esa ternura delicada
que me dió tu palabra
que amordazó todo el espanto
que se vivía afuera
y dentro de mi casa.
Me hiciste sentir todo
en un suspiro…con una palmada
Y abrazo extenso de tu alma
lograste quitar la pesada
roca que en mi espalda
llevaba .
En unas horas
me devolviste el respiro...
la esperanza
de volver a soñar despierta
Y sin cadenas..
Soñar Dotada
De fuerza y sentir que puedo
tocar la estrella de plata
estando tu aquí, con tu magia clara,
agua pura y sana.
Tu mérito lo fue todo y mi ligereza ,
me diste el valor de creer
con entereza
en algo sin siquiera
verlo, y que el peor fantasma
es el qué habita en mi cabeza…
Gracias a ti, a tu ánimo y tu gama
levantó mi alma
y la luna blanca
Atrapada en tu mirada
irradió luz en mi noche exaltada.
Detuviste todo, toda mi alarma
y desde ayer
igual ya no es nada...
Hoy Soy la ola más reposada
Al tener tu baza
como mejor tisana...
Desde ésta hermosa lunada
soy la mujer más renovada,
despertó de nuevo
el sentirme ilusionada
y de ti otra vez enamorada.
Mariana Gutiérrez, octubre 2018.