La vida se estira
igual que las olas,
pequeñas cucañas
que cuentan las horas,
ya llega el otoño,
marcando su paso,
le sigue el invierno
que es ya centenario,
y abril se proyecta
lejano y cercano
su faro tranquilo
te ofrece su mano,
pero es que las prisas
marchitan las rosas,
y así los rosales
se vuelven y enojan,
entonces un día
llegó muy despacio
la nube y la luna
pidiendo tu mano,
y tú se la diste
sin pena ni gloria,
lanzando un suspiro
mirando la aurora,
y allí nos quedamos,
mi tierna princesa,
buscando aquel verso
y en él, las sirenas
pero éstas, dormidas,
olvidan las rosas,
las manos de nieve,
los niños que lloran...
\"...La vida se estira,
se tuerce, se dobla,
y sigue su paso
jugando a la comba...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
03/10/18