Camino en silencio tal vez casi perdido,
ya se fueron en aquella tarde todas mis emociones,
muy solo me he quedado y tal vez casi herido,
no tengo esperanzas, ni tampoco ilusiones.
Pero es algo asombroso lo que me ha pasado,
dormido lo soñado, a un hombre poderoso,
me dijo no has perdido yo siempre te he amado,
ven pronto a mis brazos, yo soy tan generoso.
Fue grato este sueño, que aún no ha terminado,
yo veo como viene a mí, abriendo sus dos brazos,
me levanta del suelo y me eleva tan alto,
me dice no has perdido, yo sigo siempre tus pasos.
Que gloria tan divina la que tiene aquel hombre,
me mira fijamente y me dice sé valiente,
yo quiero preguntarle señor ¿cuál es tu nombre?
sus ojos son divinos, su cuerpo muy ardiente.
Me coge de las manos y mi paso apresura,
camino junto a él, cansando y abatido,
me habla de su amor y también de su dulzura,
me dice: sigue hoy mi camino, que nada has perdido.
Yo quiero despertarme y no puedo abrir los ojos,
mi mente se ofusca buscando la realidad,
ya él se ha marchado, llevando mis despojos,
me dice no has perdido, has hallado la felicidad.
Oh divino Señor, tú que siempre estas a mi lado,
hoy quiero darte gracias, ante esta multitud,
tú has muerto por mí y todos mis pecados,
no he perdido nada, pues contigo hallé felicidad.