Beatriz Blanca

A MI MADRE ( EN EL DÍA DE LA MADRE EN ARGENTINA)

Ya nada queda por adivinar

en los suspiros del viento

o del sol abatido por el sueño,

la lluvia ha enfriado tu mirada

y el corazón detuvo tus rezos.

Ahora la memoria amada,

permanece muda y sin tiempo

asomada a la ventana del cielo

donde se respira el aroma de tu cuerpo

donde la tierra gurda mi duelo.

Pero..., en cada parpadeo

nace mi ilusión con nuevos bríos

y la herida, lenta cicatriza

ante el ocaso de los días;

donde la mente descubre palabras

que el corazón nunca dijo.

Mas, ahora hablan como empujadas

por lo sentimientos...

Sentimientos vivos como ríos

que te sostienen en cada respiro,

en cada silencio, en cada movimiento.

Porque comprendí que soy retoño

que alcanza el horizonte

entonando tu mismo trino.