Por las calles del barrío Ovejería
caminando despacio y tranquilo
escuche tu hermoso nombre María
escuche tu risa pude ver tu alegría.
María, tu nombre, razón de mi vida
es como la brisa del mar pura y tibia
que abraza mi cuerpo y lo acaricia
dejando a los hombres envueltos de envidia.
Te quiero María y aun vives en mi
quisiera llenarte de lindas flores
no dejando entrar falsos amores
a un jardín que sea solo para ti.
Sueño con tenerte en mis brazos
caminar juntos tomados de la mano
y el beso de dos locos enamorados
unidos, como se unen cadenas o lasos.
Eres mi sueño adorado, distante
mi locura de amor, mi herida de amor
mi locura de vivir en cada flor
mi sueño de vivir en ti, tu eterno caminante.