Despierta la llama
que sentí apagada,
el sosiego de acordes
que acarician el cabello.
En cada gota
se abren los ojos,
mas rompen esta piel seca.
Se detienen los segundos
y el pequeño oceano
danza con una melodía
que no logra oir.
Versos que no lo son,
no se cómo llamarlos,
no quiero nombrarlos,
son manos que vuelven a la vida,
son corazones que vulven
a latir,
son labios
que vuelven a hablar.