Berättelse.
¿Y si la espero? A la chica de los rubíes, la voy esperar despierto: la voy a inquietar con horas que burlen al hondo tiempo. A la chica de los rubíes, le sobran tanto las manos como le sobran logros secretos. Le voy a escribir un cuento: un cuento será la forma de hallar el reloj de un beso.
La chica del bosque helado se viene con un café, con un café de Estocolmo que bebe con lucidez. Es la chica… la nueva fórmula mágica del vago poeta aquel. ¿Su beso?... ¿Será su beso cual vino que ha de encontrarme un verso? La chica de los rubíes se viene a escuchar mi cuento.
Le dije al gris de ese pueblo que voy a volver despierto, y voy a llegar despierto como quien reveló un secreto. La chica volvió del tiempo… y el tiempo me hará su beso. Su beso será la historia de aquel rubí de mi cuento. Mi cuento alzará un secreto que pronto escuchará el pueblo. A la chica de los rubíes, la espero… siempre la espero.
A Claudia Jara.