Jordan Sanchez

Hospedajes

Soy el huésped del huésped,
del incesante irremediable,
del intangible susurro suave,
que bajo  espadas inesperadas
se desliza sobre mis entrañas
atornillando mis seres secretos.

El huésped del extraño entrañable,
oscilando entre el tic y el tac,
entre las noches y los días,
entre mis costillas y la razón,
caminando a  paso de arena,
levantando partículas intangibles
de las cosas, que ahora mismo son
como nunca han sido, y solo son ahora.

Huésped del prólogo soñador:
atardecer rojo, el rojo más inmenso,
corazón que rítmicamente se desboca
por todas las colinas de esta tarde,
alcanzando el sol en  un relincho histórico.

Tú y yo habitamos un mismo espacio
ensimismados por múltiples razones
apretujándonos el alma sinceramente,
tan despacio que parece la caricia
de un ángel escondido tras la puerta.

Soy  huésped del huésped.
El huésped residía aquí,
es cierto, nacemos en la misma piel,
pero soy  huésped, del huésped
inamovible  e irreductible,
aquel que  ha pagado con creces
cada noche donde apoya su espíritu,
cada noche donde somos uno.
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