Violada por los poderosos
que todo lo mancillan,
llegas por tu camino de estrellas
a darme el beso de las buenas noches.
Herida por los potentados,
sigues como novia consentida
de quienes denunciamos
la inconsciencia de los invasores.
Mata con tu caricia helada,
sin piedad ni remordimiento,
a todos los que buscan dominarte
con sus armas y tecnologías.
Aunque ultrajada,
seguirás impertérrita en el tiempo
como dama de ropajes finos,
por esos cielos aún inexplorados.