No soy de piedra,
mucho menos playa en ruinas,
mas he formado el crucigrama que
es mi vida, con las piedrecitas que
me arrojaron en el camino.
He fijado la mirada hacia
un horizonte sin norte,
yacimientos de experiencias
que han forrado aquella suave piel -
con todas las peladillas con las
que algún día tropecé.
No soy de piedra,
no soy majadera, no soy altanera..,
soy el paso que al levantarse
se sentía apesadumbrado,
pues de piedras, ya estaban forrados.
No soy de piedra, aunque
mi atuendo diga lo contrario;
aunque sirva como sofisma de mis vivencias,
aunque sirva como la ambigüedad de mi entereza,
aunque contradiga la certidumbre en mi apetencia,
aunque desmienta la bajeza de mi repugnante belleza,
aunque sea el yerro de rutas opuestas
conduciendo hacia el mismo camino.
No soy de piedra y admito que pesa la vestimenta
de quien tiene que protegerse de la fuerza del martillo...
De quien soslaya las tenaces olas
cuan mandato es: pacientemente lograr astillar mi destino.
No soy de piedra y mi firmeza a veces tiembla.
Tiembla como fusilazos que se estrellan sobre agua,
como tiembla la rama antes de deshacerse del fruto,
como tiembla el barco en peligro de naufragio.
Soy tantas cosas soñadas,
soy tantas palabras nunca escritas,
soy de tantos océanos y por eso no tengo origen,
soy de tantas montañas nunca escaladas,
de valles fluviales sin aguas
y de aguas que no bautizan.
Soy de tantas vías nunca transitadas,
de tantas bocas nunca besadas,
de árboles sin ramas y de caminos cortos
que fueron tan dilatados.
Soy casi de todo, pero no soy de piedra.
LeydisProse
10/22/2018
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