Ella,
tan risueña, tan alegre
se ha mostrado siempre,
pero nadie sabe
lo que de verdad siente.
Ella,
la de la eterna sonrisa,
resultó que con ésta escondía
todo lo que su alma sentía.
Ella,
que a gritos ayuda pedía,
pero luego los reprendía:
por eso nadie le entendía.
Ella,
que cuando se animó a hablar
todos se le empezaron a alejar
y nadie la quiso ayudar.
Ella,
hoy llora en soledad,
rechazada por la cruel sociedad,
sin siquiera apoyo familiar
para su problema solucionar.