argantonio

El río de la memoria

Quizá las aguas subterráneas

del cauce seco, alimenten

las cañas y los árboles

sin pedigrí que humanizan

y nos alivian de un estío

tórrido que dejará malas

memorias de muertes lejanas y

guerras en cercanas carreteras.

 

Hay casas donde se disparan

odios larvádos que eclosiónan

con el calor inclemente.

 

Ahí siguen los árboles, los

cañaverales y las adélfas

arraigados a la memoria

siempre fresca de mi río,

y de reduerdos veraniegos

con el único sonido

del tableteo de cigüeñas

durante las horas largas de

la siesta.