Yo trabajaba esperanzada
sin pensar con picardía.
No soñé que enfrentaría
esta vida dislocada.
Del respeto abanderada
me supieron educar.
Mis padres fueron mi altar,
ejemplo de honestidad.
Hoy tiempos de lealtad
no podemos resaltar.
El mundo está confundido
por tantas maniobras feas,
hoy es fácil que las veas
sobran caras de afligidos.
Hay tantos seres torcidos
que están presente las penas.
Cuando no, explotan las venas
pululan los descarados
y los vivos mal nacidos,
ajando vidas ajenas.