Verano Brisas

TOREO

Vocifera la turba enardecida

dentro de la plaza de toros,

violenta mansión donde la muerte

impone su dominio tenebroso

y grita ¡olé! con vozarrón siniestro.

 

El secuestro y la tortura miden

de idéntica manera

la conducta del público en tribuna

y la jactancia del verdugo cómplice

con su traje de luces en la arena.

 

Brota la sangre del cansado reo

sobre el ruedo de la infamia,

para vergüenza de los ofendidos

y divorcio del hombre con la vida.

 

¡Abajo la mortal carnicería!

El poeta no encubre al agresor

con una capa de silencio absurdo.

¡Fuera cobardes asesinos

y la espada que hiere a los que sufren!