Fuiste el lucero que guió mi vida al dolor,
¡quien! en un juego me hizo caer
y me condeno.
Fuiste el camino más fácil que
encontré, y al final yo fui la que llore.
Fuiste la piedra con la que trómpese,
la que sin piedad lastimo mi ser.
Fuiste el maestro del engaño, y con
buenos trucos mi corazón cayó,
fue tan dura la caída
¡que el golpe lo destrozo!.
Fuiste malo conmigo y por mi
ingenuidad caí en tu truco del amor.
Fuiste el lucero que mi noche guió,
¡pero! luego se apagó y un tropezón
hizo que cayera en el dolor.
Fuiste muy buen maestro, ¡en tu
engaño caí! y aunque fue doloroso
el golpe… ¡de ti todo lo aprendí!.