\"El bodeguero emprendió el camino del TAO (Tiemblo Ante tus Ojos)
A ritmo de chachacha, integró sus deseos en en ron añejo, y moderó su conducta en un vaso whiskero.
Atendía, sin esfuerzo, y servía pedacitos de cielo, en el templo donde confluyen búsqueda y encuentro.
Como una cueva, donde reina una insonoridad que colapsa los sentidos; refugio de paz suprema, que mora en todos por igual.
Invitaba a una ronda, y se volvía etéreo e ingrávido, bailando la noche, seduciendo a sus huéspedes, con honor.\"
(miguel puigcorbé)